domingo, 3 de noviembre de 2013

Muros.



Formamos parte de una cultura en la que, dentro de su modernidad y nuestra propia consciencia de ésta, podemos aún identificar o encontrar lagunas. Creemos que hemos derribado muros que, en realidad, siguen erguidos en el mismo sitio en el que se construyeron. Creemos haber superado tabúes que siguen condicionando nuestro día a día.

Vivimos en una sociedad a la que se ha acostumbrado y bombardeado con imágenes, fotografías, eslóganes y todo tipo de publicidad sexual o con referencias a la sexualidad, sobre todo en los últimos años. Esta familiaridad con este tipo de productos hace que, en muchas ocasiones, uno mismo se crea libre de tabúes y prejuicios frente a un tema que, al contrario de lo que se cree, o en algunas ocasiones se quiere hacer creer, sigue teniendo muchos puntos negros.
Algunos de estos muros de los que anteriormente hemos hablado ya han sido derribados, otros están en pleno proceso de derribo. Otros siguen tan inhiestos como se crearon, y algunos han sido sustituidos por otros diferentes en manos del tiempo, la historia, la evolución del ser humano (con diferencias de ritmo en cuanto a las diferentes sociedades y culturas que conviven o han convivido en el mundo).

       En cuanto al sexo en el arte, podemos observar una evolución paralela y unos ‘problemas’ obviamente comunes a lo comentado anteriormente, de acuerdo con la lógica evolución de las sociedades y sus expresiones artísticas. Desde aquí intentaremos analizar, destripar o simplemente dar a conocer algunos de estos muros y de la lucha por derribarlos, y lo que alrededor de ello ocurre en el ámbito literario, artístico, plástico, o simplemente visual.



Ana Manuela Bañares Palacios.

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